Jeniffer Ortega
El día 8 de junio del año 2021, se dio a conocer a través del medio de comunicación escrito “LA PRENSA” que, en un edificio en el aérea de Coco del Mar, un grupo de ciudadanos presumiblemente estaban vacunándose de manera clandestina, lo cual provocó un sin número de reacciones rechazando y condenando el suceso, en el cual se afirma que se vieron involucradas Cordón de Vida junto a la clínica Vidatec, propiedad de Denisse Vega.
Recordemos que, al tener las vacunas autorización de uso de emergencia, las mismas no se distribuyen comercialmente de forma privada. Estas solo son adquiridas por el Estado y distribuidas a través del Ministerio de Salud.
El día siguiente, el Ministerio Público se aproximó al mencionado recinto para iniciar las investigaciones y a la vez el ministro de Salud, acudió a interponer la denuncia pertinente ante el Ministerio Público.
El día 13 de junio de 2021, se detuvo a un sujeto el cual presuntamente actuó como médico, además de conseguir las vacunas a un precio de 200$. A pesar de no tener idoneidad, el sujeto manifestó que las vacunas no eran verdaderas y que lo inyectado era “agua con sal”.
Consideraciones Jurídicas
En caso de comprobarse que efectivamente se trataba de una vacunación clandestina, se estaría enfrente a un delito de Peculado por Extensión, tipificado en el artículo 343 de nuestro Código Penal, ya que se utilizó indebidamente vacunas propiedad del Estado sin necesariamente ser servidor público; aparte del ejercicio ilegal de la profesión de médico por parte del que suministro e inyectó las mismas, lo último en concordancia con el artículo 381 de nuestro Código Penal. Interesantemente, se da la afirmación del capturado que supuestamente lo que suministró no eran vacunas, lo cual de corroborarse se incurriría en estafa, ya que se cobró 200$ por un producto que no fue el pagado, lo cual va con el artículo 220 de nuestra legislación penal.
Definitivamente, sabemos que es un momento en donde todos queremos vacunarnos y sentirnos más seguros ante esta terrible enfermedad, sin embargo, nos corresponde como ciudadanos esperar nuestro turno y seguir manteniendo las medidas de bioseguridad. Nuestras autoridades deben también ser rigurosas en el control de un producto tan valioso, cada dosis que se pierde representa una persona menos que tiene la posibilidad de protegerse.
Fuentes