Para muchas personas los delitos informáticos son considerados acciones dignas de películas; para otras estos delitos son sinónimo de la palabra “jaqueo”; pero para un cada vez más creciente número de personas, estos delitos son el futuro del crimen. Primeramente, cabe establecer que los delitos informáticos, también conocidos como delitos cibernéticos, no abarcan solamente jaqueos. Según el significado de la Real Academia Española, la palabra jaquear se refiere al acto de “introducirse de forma no autorizada en un sistema informático”. El jaqueo es apenas uno de los múltiples delitos informáticos que se pueden cometer. Los delitos informáticos son los delitos llevados a cabo mediante el uso de las tecnologías de la información; como la internet, las computadoras o los programas informáticos. 

En la actual época en la cual se encuentra el humano, las tecnologías son aplicadas cada vez en más campos; muchos de ellos siendo campos en los cuales se puede decir que una década atrás el humano jamás hubiese pensado posible mezclar con la tecnología. Antes, para comprar algo tan sencillo como un pan, se requería ir a la tienda; mientras que hoy en día solo se tiene que abrir una aplicación, pagar en línea y el pan estará en la casa del cliente en hasta menos de una hora. Hace 50 años, si uno le debía dinero a alguien, este tenía que físicamente depositarlo en una cuenta de banco, pagarlo en efectivo o hacer un cheque; hoy en día esto se puede realizar solamente entrando a una aplicación. Es indudable y estaría de más decir que todos estos nuevos atajos y facilidades que ha traído la tecnología han mejorado sustancialmente la vida del ser humano. 

Sin embargo, al igual que cualquier arma, estas innovaciones tecnológicas pueden ser utilizadas para el bien o para el mal. Volviendo a los ejemplos antes mencionados, de comprar un pan o hacer un pago, estas nuevas tecnologías crean un nuevo ambiente para crímenes. Ahora, al igual que para comprar un pan no se tiene que ir a la tienda, para robarlo tampoco. Para hacer un pago de dinero ya no se tiene que estar físicamente en el lugar, pero para robar el dinero tampoco. La tecnología trajo al mundo la facilidad de realizar bastantes acciones, que antes requerían la presencia física para realizarla, la posibilidad de hacerlas desde la casa, el trabajo o hasta estando en otro país; pero esa misma facilidad es aplicable para los delincuentes que practican actos ilícitos de manera cibernética.  

La tecnología ha mejorado la vida de todo humano, pero también ha hecho la función de una caja de pandora que ha brindado a todo delincuente innumerables nuevas formas de cometer crímenes. Estos crímenes escalan desde algo tan simple como robar un pan a algo tan despiadado como la venta de pornografía infantil o robos de millones de dólares. Cada innovación tecnológica abre nuevas posibilidades de crímenes. Observando ejemplos más recientes, el bitcoin, una moneda virtual que puede facilitar transacciones al no existir su forma física, al mismo tiempo facilita el robo de dinero. Además de esta facilidad de cometer crímenes que ha traído la tecnología, esta también ha traído la facilidad de enmascarar y ocultar la identidad de los actores del crimen. En épocas pasadas, la mayoría del tiempo, se podía dar la descripción de una persona que le robaba a otra. Hoy en día, cuando se habla de crímenes de robos cibernéticos, no se puede ni asegurar en qué continente vive el delincuente.  

Al igual que todo organismo vivo, la tecnología nunca parará de evolucionar. El presente escrito ha presentado ejemplos de situaciones en las cuales se pueden cometer crímenes cibernéticos en la actualidad; pero resulta casi imposible pronosticar cuáles serán los nuevos crímenes que la caja de pandora que llamamos tecnología le traerá a la humanidad en un futuro. Con los recientes alegatos de la antes denominada empresa Facebook, que ahora recibe el nombre de Meta, de que quieren crear todo un mundo virtual llamado el “Metaverse”, ¿Cuáles serán en un futuro los nuevos crímenes que pueden ser inventados? 

Continuando la metáfora de la caja de pandora, solo les queda a los humanos tener esperanza; la esperanza de que los ordenamientos jurídicos puedan legislar las nuevas posibilidades criminales que trae la tecnología al mismo paso en que esta evoluciona.


Referencias Bibliográficas

La Real Academia Española. Recuperado de https://dle.rae.es/jaquear#TLHINo8

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